lunes, 30 de mayo de 2011

Y, aún no pasa nada con la llave.

No quiso tener puertas que cerrar. Nunca abrío esta.
Ya paso mucho tiempo abierta, tanto que el frío refrescante que
se colaba por ella dejo de refrescarla para helarla.

Helarle las ganas y dormirle la confianza.

Un ventana sin cortinas, así andaba por un mundo al que se le
extinguio el único espectador que quedaba. El único que ella queria.
No había más.

Aseguro bien la llave, aquí, atesorada entre sus manos.
Esta vez iba ser más largo el viaje y como siempre, iba sola.
Por convicción. Porque ya no estaba, porque quedarse ya no era
opción.

No caminó.

Se detuvo y escalo un árbol. Allá arriba respiro otro aire,
saludo a un nuevo sol. La luna era la misma, triste y despampanante.
Sus pies olvidaron caminar por senderos compartidos.

Decidío solamente quedarse con ellos, los que siempre estuvieron.

Y así, ya nunca volvío hablar de esto. Al menos no con palabras.
¿Para que explicar con palabras lo que no se entendío con miradas?

Ojalá regresará, dijo un eco.

Eco de sus deseos que no existieron. Ecos de intenciones que
quedaron en recuerdo.

Recuerdos que no son suyos, de besos dados al viento.
De abrazos que no encajaron. Un viaje a medias.

domingo, 15 de mayo de 2011

¿Querés un café?

Voy a salir vestida de valentía para toparme contigo accidentalmente planeado.
No vas a saber que fue mi idea hacer coincidir al distino con tus pasos al ritmo de los míos.
Llevarme una mirada segura y una sonrisa candente en el bolsillo y usarlas cuando estes muy cerca.

¿Querés un café?
Voy a invitarte y después hacerte el amor, una y otra vez hasta que se acabe la madrugada.
O se acaba o la hacemos eterna.

Eternidad mal utilizada en palabras que no dicen ni la mitad de lo que llevo en el alma.

Suspirar y seguir caminando hasta verte escondido en alguna esquina de la calle, me estas esperando, pero aún no lo sabes.

¿Querés un café?
Es fácil decirlo, te voy a tomar de la mano y ahí sabrás que no querés soltarme.
Café negro, como mis intenciones.

El sol de media tarde será el testigo, nuestras bocas se encuentran siempre en mis sueños, sé que también has sentido ese fuego que grita mi nombre, lo apagas con fantasmas. Pero la llama es loca,loca como yo por subir al final del mundo en tus caderas.

¿Querés un café?
Tranquila, estoy ensayando. Aún me faltan algunos pasos y ya te siento cerca.
Un solo roce de piel para que te quedes atrapado, hoy vas desear mis dedos en tu espalda, mi historia contada en tus palabras, cuando sea una ilusión que siempre se acaba.

Ver sin ver nada. Tranquila, despreocupada. Adentro no está pasando mucho, solo sos vos, jugandoa vivir y perderte. De ser perdición, que sea la de tu razón entre mis sábanas.

¿Querés un café?
Y seguramente una canción nos acompaña. No voy a hacer más que quedarme construyendote unas alas pero quedate con las tuyas propias. Las mías solo serán para fantasías que aún cumplidas no se acaban.
Me queda cuadra y media de camino, ya escucho tus silencios, ya tu aire lo suspiro.

Deberías darte cuenta ya que querés enamorarme, deberías... El tiempo se derrite entre mis piernas y paciencias, date prisa que ya me duele disimularte.

Ya te vi, estas esperando el milagro. De ser para ti, epifanía deseada, pasión inadvertida y descontrolada.
Me miras de lejos, tu sonrisas ladeada me deja saber que ya te comiste mis ansias.

De cuando solo son dos pasos los que nos separan pero nuestras ganas desde hace mucho duermen juntas, desnudas. Siempre juntas, pero solas.

Bueno estar aqui, comiendote a besos sin saber a que sabe tu boca. Estoy esperando.
Tocaste mi mano, me volvi toda orillas y voy a saltar, abajo estas vos, recibiéndome con brazos abiertos.

¿Querés un café?

*SILENCIO*