domingo, 18 de julio de 2010

La primera de la madrugada

Otra vez estoy aqui, esta vez es diferente, me siento ajena como si fuera la primera vez que vengo a este lugar. El piso sigue siendo frío pero muy cómodo, las calles no han cambiado, la casa de enfrente sigue siendo rosada. Los árboles parecen estar más grandes, el aire se respira diferente; la luz va al ritmo de la lluvia . Ahora el mundo es completamente pasivo...

Aunque tenia ganas hace ratos de regresar no existía pensamiento ajeno que me acompañara, no habian ojos cerrados ni manos, no estaba encendida la vela de escribir por ese placer. Me voy dando cuenta que mis manos van volando a la velocidad de mis pensamientos, dejando domada estas hojas en blanco.

Hoy te agradeci esa llamada, esa primera sonrisa de la madrugada, era muy grande y llevaba tu nombre. Volver a dormir fue una lucha entre mis subconcientes, uno queria apagar mi cuerpo y rendirse al biologico sueño, el otro se aferraba a quedarse despierto y volver a llamarte, el tercero solo quería cerrar los ojos para verte tras de ellos, ver tu cara en perfecta armonía e imaginar lo que haría para volverte a sentir.

Una sonrisa ancha y sincera, que quizá no había vuelto a brillar de la misma manera. Y ahora que estoy aqui viendo las gotas caer, creo que podríamos haberlas visto juntos, quizá tomando tu mano y yo viendote mirar. Hubieramos...
Voy coleccionando "hubieras" que nunca ocurrieron. Me obligo a rechazar la realidad de tenerte solo en palabras, en letras, de acercarme aún manteniendome distante, de tener tu ausencia a medias.

sábado, 17 de julio de 2010

Psicosexopasioemocionalidades repartidas.

QUIERO INVENTAR EL LOGARITMO PARA DECIFRARTE. Una carcaja espontanea y un abrazo eterno. Un lugar cercano donde puedo hablar con Dios y me responde. Un aleteo de una palomilla me asusta y me saca de mis sueños mientras mis pupilas se dilatan al ritmo de la luz y te hablo y me contestas, te pido y me da. Me regalaste un cielo entero lleno de estrellas y luciernagas, una luna de expresión triste y un sol abrazador. Una calle desolada y pulcra y un balcón. No puedo callarme pues en mis palabras ausentes están mis verdades. Velando tu sueño contando tus pestañas y uno a uno cada lunar de tu piel, navegar por las partes del cuerpo sin conocer. Dormir eternamente sobre tu espalda. Una vida llena de silencios inadecuados, nada anda mal realmente solo estoy aburrida. Una cuna de luna, un cielo que cubre cuando entra la desesperación no deberias de avergonzarte. Caer en un profundo sueño y dejar todo atrás. Ahí te regalo la luna para que hayan dos en nuestro mundo aunque el mio se quedo sin ella. Estando parada frente un gran muro blanco listo para llenarlo de mis colores, con esas ganas de llorar que simplemente no se aguantan. Girar y seguir girando y volver y a encontrar el caminito que te traiga hacia mi. El sonido del viento diciendo tu nombre, agradezco lo que tengo y lo que me llevo. Tal vez no seré yo quien pueda decifrarte. Lo pienso con la intensidad de un beso desgarrante. Rozando la copa de los árboles metiendo el cielo en tu boca, amarrando la firmeza del suelo, deteniendo el sol del medio día para que no vengan los atardeceres. Quedarme por siempre en las benditas horas de la madrugada para dedicarme a soñar contigo y luego despertarme y seguir soñando. Dibujo en las ventanas nuevas puertas sin llaves ni chapas, solo espacios vacios con deseos reprimidos sin dueño ni responsable de sonrisas ajenas. Beberme tu esencia en sorbos de café y seducirte en un licuado de sandia, sentarte a mi lado y hablar por horas o quizá, solo tomarte las manos y escuchar el ruido en la ausencia de las palabras. Hacer del amor una cosa fisica que nos lleve a lo espiritual. Escurriendome en los agujeros que dejan las ramas y el cielo. De vez en cuando te haré a un lado para escaparme al universo de mi balcón, ese donde tanas veces espero al sol con los reflejos de tu voz. Quiero ver las tonalidades del rojo y encontrarle su gris al rosa. No importaría si es carmesí o color pastel el ruido y el gesto del placer escondido. Luego me refugio en el calor de mis sábanas, en lo eterno de mi cama, le pongo tu nombre y tu arte al lugar de mi almohada. Hacerme compañía fundador de utopías. SOLA EN UN LUGAR DIFERENTE. Te dejo ser una canción en la prosopopeya alusiva a mi ipod. Aún si tuviera que guardarme en los bolsillos tus guerras perdidas y cocinarte, sin recetas, nuevas alegrías. Te doy una mano, la misma que hace sonar la puerta para ver si me contestas, podríamos ser uno los dos, dos los tres, ser uno o ninguno. Podría sentir el aroma a manzana que embriaga el cuarto y alimenta el aliento. Y cuando esté dormida soñando contigo a la mitad del beso que siempre me das, trataré de traerte a mi cama, volverte real. Intentaré invocarte y quedarme contigo, con tus alas abiertas pero sin dirección, solo destino. Él podría ser el elfo pero aún no se da cuenta. En cielos hermosos o en noches sin estrellas y lunas. En mares de canela y barcos de papel y pimienta. Y aunque llene páginas inspiradas en visiones, aún no merezco decir tu nombre... Recitarte versos al oído mentras mis manos plasman universos paralelos en tu cuerpo. Anhelando entrar a la dimensión desconocida de un beso.

Voy hablando con vos

Un momento para disfrutar la lluvia y entender los truenos, ver como se ilumina de a poco el cielo y se dibuja tu cara entre el rastro de penumbra. Pero yo no te veo. Sigo caminando sin ver hacia arriba, tratando de concentrarme en el punto que me espera al final del camino. Aunque vos me seguís y esperas paciente a que te descubra viendome. El viento va jugando suavecito con mi pelo, se parece a tus manos y al leve susurro del misterio que nunca me dejas averiguar. Entre tus cejas se recuesta la luna y brillan las estrellas en las cuencas de tus ojos. Sé que dije no haberte visto, pero la expresión de mi diosa no deja de acosarme. Logro dejarte unos veinte pasos atrás. Ya en medio de mi pseudo soledad me encuentro con viejos compañeros de viaje, los veo lentos y dudosos para acercarse. Me aproximo yo a ellos. Y ya no me dieron miedo. Ahora solo siento gratitud y nostalgía al sentirlos tan cerca; logro ver en cada uno de ellos lecciones de vuelo, heridas, moretones y lagos de sangre y lágrimas. Pero esas lecciones de vuelvo me llevaron lejos, muy alto, muy despacio. Los dejo sentados regalandoles una sonrisa, me dejan alejarme sigo caminando y voy hablando con Dios... Lo busco a él porque alguien más me grita pero no me dice nada. Me quedo un rato abraznado un árbol, formulando preguntas, adivinando respuestas... El color verde de sus hojas me refresca y me presta cobijo, ahí estan sus palabras. Ve mis ojos desconcertados y mis manos llenas sin recipientes vacios. Me escucha preguntarle desesperada, me siente ansiosa, me huele las expectativas y tengo sabor a ganas reprimidas. Y Dios se caga de la risa y una vez más solo me dice: Paciencia.

Y por fin... Salté

Siento que hace mucho tiempo me arroje al abismo y no hay manera que termine de caer, voy volando, pienso, puedo ver mis brazos convertirse en blancas alas extendidas, cortando el viento, haciendolo más fuerte. Puedo verlas estaticas, cayendo por su peso, dejandose llevar, iluminandose con la poca luz que queda de algún recuerdo perdido que dejo de doler en el momento que decidi saltar.

No mirare atrás para no darme cuenta de las cosas que dejo pues sé que son muchas más que me llevo guardadas en mis poros y cabellos, no quiero pensar en esas cosas que deje regadas en las escaleras interminables de aquella espiral que me atesoraba dentro de su malicia e ingenuidad. Momentos de derrota en los que baje mis alas por más de 7 segundos y apague mi viento que siempre fiel me eleva. Apague mis sonrisas y encendí mis lagrimas, muchas de ellas sin ser agua caían derrotadas.
Pude sentir como cada uno de mis sentidos dejo de funcionar.
Escuche lentamente como se cerraba la puerta y el eco que dejo esta al gritarme que jamás volvería a abrirse.

No comparo el sentimiento de sentirme viva y en contacto con todo dentro y fuera de mi, de ver más allá de lo que mis ojos me permiten y sentir todo con la intensidad en que choca el agua y produce ese SPLASH como forma de comunicarse con el mundo y decir: Aquí estoy.

Contenidos llenos, recipientes vacios.

No me di cuenta hasta el momento en que decidi saltar, ahí al borde del abismo vi para atrás y valore cada instante vivido, cosa aprendida y dolor perdido, me quede contamplando un par de segundo como dos hojas llevadas por el viento se elveban y bajan sin separarse. puede sentir como cada uno de mis sentidos dejo de funcionar y lo único que funcionaba era mi lado racional que me gritaba ¡Salta ya! yo sabía que debia saltar, cada parte de mi cuerpo me lo pedia, ansioso por sentir un nuevo aire limpio, puro y fresco que respirar, mi piel lloraba por un poco de esa agua bendita que llovia de aquella nube que solo encontraria mientras bajaba la corniza. Puedo escuchar como desde adentro se pierden en mi eco, sonidos de pasos que van dejando huellas, muchas de ellas indelebles, muchas de ellas nisiquieras las pedi, muchas de ellas no las quiero aquí. Sigo caminando y me sorprendo al verme sola, siempre estuve sola pero habia algo que me acompañaba, un poco de ese ácido dolor que no me dejaba cerrar los ojos y ver negro atrás de ellos, un poco de ese vacío que me llenaba por dentro.

Ahora no, no hay nada de eso y solo me quede yo completamente vacía y lista pra llenarme de toda cosa nueva que se va mostrando en el camino, mientras contemplo como voy dejando toda mi vida atrás. No sé cuanto tiempo más tengo que aguantarme los suspiro sin nombre, pero siguen saliendo como la normalidad de mis respiros, pulsaciones y articulaciones. Otra vez solo me quedo esperando en medio de una semioscuridad tangible a la que le doy la vuelta con un cerillo. Veo los escasos puntos de luz que me alumbran y se sienten cálidos. Mis ojos se caen y mi espalda duele... No es una tristeza que lleve un dolor arraigado, añoranza o ansiedad. Es solo un sentimiento que me recorre y me llena entera, donde encuentro un latir similar al mio sin rostro ni huellas digitales, sin color de aura o apellido materno. Solo una corriente de energía y chispitas intermitentes que cuando creo tenerlas, se me pierden.