sábado, 17 de julio de 2010

Psicosexopasioemocionalidades repartidas.

QUIERO INVENTAR EL LOGARITMO PARA DECIFRARTE. Una carcaja espontanea y un abrazo eterno. Un lugar cercano donde puedo hablar con Dios y me responde. Un aleteo de una palomilla me asusta y me saca de mis sueños mientras mis pupilas se dilatan al ritmo de la luz y te hablo y me contestas, te pido y me da. Me regalaste un cielo entero lleno de estrellas y luciernagas, una luna de expresión triste y un sol abrazador. Una calle desolada y pulcra y un balcón. No puedo callarme pues en mis palabras ausentes están mis verdades. Velando tu sueño contando tus pestañas y uno a uno cada lunar de tu piel, navegar por las partes del cuerpo sin conocer. Dormir eternamente sobre tu espalda. Una vida llena de silencios inadecuados, nada anda mal realmente solo estoy aburrida. Una cuna de luna, un cielo que cubre cuando entra la desesperación no deberias de avergonzarte. Caer en un profundo sueño y dejar todo atrás. Ahí te regalo la luna para que hayan dos en nuestro mundo aunque el mio se quedo sin ella. Estando parada frente un gran muro blanco listo para llenarlo de mis colores, con esas ganas de llorar que simplemente no se aguantan. Girar y seguir girando y volver y a encontrar el caminito que te traiga hacia mi. El sonido del viento diciendo tu nombre, agradezco lo que tengo y lo que me llevo. Tal vez no seré yo quien pueda decifrarte. Lo pienso con la intensidad de un beso desgarrante. Rozando la copa de los árboles metiendo el cielo en tu boca, amarrando la firmeza del suelo, deteniendo el sol del medio día para que no vengan los atardeceres. Quedarme por siempre en las benditas horas de la madrugada para dedicarme a soñar contigo y luego despertarme y seguir soñando. Dibujo en las ventanas nuevas puertas sin llaves ni chapas, solo espacios vacios con deseos reprimidos sin dueño ni responsable de sonrisas ajenas. Beberme tu esencia en sorbos de café y seducirte en un licuado de sandia, sentarte a mi lado y hablar por horas o quizá, solo tomarte las manos y escuchar el ruido en la ausencia de las palabras. Hacer del amor una cosa fisica que nos lleve a lo espiritual. Escurriendome en los agujeros que dejan las ramas y el cielo. De vez en cuando te haré a un lado para escaparme al universo de mi balcón, ese donde tanas veces espero al sol con los reflejos de tu voz. Quiero ver las tonalidades del rojo y encontrarle su gris al rosa. No importaría si es carmesí o color pastel el ruido y el gesto del placer escondido. Luego me refugio en el calor de mis sábanas, en lo eterno de mi cama, le pongo tu nombre y tu arte al lugar de mi almohada. Hacerme compañía fundador de utopías. SOLA EN UN LUGAR DIFERENTE. Te dejo ser una canción en la prosopopeya alusiva a mi ipod. Aún si tuviera que guardarme en los bolsillos tus guerras perdidas y cocinarte, sin recetas, nuevas alegrías. Te doy una mano, la misma que hace sonar la puerta para ver si me contestas, podríamos ser uno los dos, dos los tres, ser uno o ninguno. Podría sentir el aroma a manzana que embriaga el cuarto y alimenta el aliento. Y cuando esté dormida soñando contigo a la mitad del beso que siempre me das, trataré de traerte a mi cama, volverte real. Intentaré invocarte y quedarme contigo, con tus alas abiertas pero sin dirección, solo destino. Él podría ser el elfo pero aún no se da cuenta. En cielos hermosos o en noches sin estrellas y lunas. En mares de canela y barcos de papel y pimienta. Y aunque llene páginas inspiradas en visiones, aún no merezco decir tu nombre... Recitarte versos al oído mentras mis manos plasman universos paralelos en tu cuerpo. Anhelando entrar a la dimensión desconocida de un beso.

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