No me di cuenta hasta el momento en que decidi saltar, ahí al borde del abismo vi para atrás y valore cada instante vivido, cosa aprendida y dolor perdido, me quede contamplando un par de segundo como dos hojas llevadas por el viento se elveban y bajan sin separarse. puede sentir como cada uno de mis sentidos dejo de funcionar y lo único que funcionaba era mi lado racional que me gritaba ¡Salta ya! yo sabía que debia saltar, cada parte de mi cuerpo me lo pedia, ansioso por sentir un nuevo aire limpio, puro y fresco que respirar, mi piel lloraba por un poco de esa agua bendita que llovia de aquella nube que solo encontraria mientras bajaba la corniza. Puedo escuchar como desde adentro se pierden en mi eco, sonidos de pasos que van dejando huellas, muchas de ellas indelebles, muchas de ellas nisiquieras las pedi, muchas de ellas no las quiero aquí. Sigo caminando y me sorprendo al verme sola, siempre estuve sola pero habia algo que me acompañaba, un poco de ese ácido dolor que no me dejaba cerrar los ojos y ver negro atrás de ellos, un poco de ese vacío que me llenaba por dentro.
Ahora no, no hay nada de eso y solo me quede yo completamente vacía y lista pra llenarme de toda cosa nueva que se va mostrando en el camino, mientras contemplo como voy dejando toda mi vida atrás. No sé cuanto tiempo más tengo que aguantarme los suspiro sin nombre, pero siguen saliendo como la normalidad de mis respiros, pulsaciones y articulaciones. Otra vez solo me quedo esperando en medio de una semioscuridad tangible a la que le doy la vuelta con un cerillo. Veo los escasos puntos de luz que me alumbran y se sienten cálidos. Mis ojos se caen y mi espalda duele... No es una tristeza que lleve un dolor arraigado, añoranza o ansiedad. Es solo un sentimiento que me recorre y me llena entera, donde encuentro un latir similar al mio sin rostro ni huellas digitales, sin color de aura o apellido materno. Solo una corriente de energía y chispitas intermitentes que cuando creo tenerlas, se me pierden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario