viernes, 6 de noviembre de 2009

El arte de correr en circulos

Después de un poco de guerra y lagrimas secas busco el calor de mis sábanas. Solo un poquito, solo para que me cure la hipotermia de la que estoy muriendo. Mi cerebro más activo que nunca, son las 4.00 am y no logro concebir el sueño; no lo estoy buscando ni peleando contra el. Lo único que quisiera seria relajar mi espalda que convulsiona tras una serie de escalofríos.

SIGO CAMINANDO EN CIRCULOS.
Y sigo y seguire.

Una canción suena por lo bajo en la tenue luz que me ilumina. Intento recrear el gesto de tus huellas para amortiguar el hielo y no lo consigo. Me asusta la idea de quedar como la ilusión de un espejismo y no trascender, solo son palabras al azar que buscan darme un pretexto para engañarme a mi misma. Aún no he bostazado y mi mente esta lucida.

Lo que he notado es que no he dejado de suspirar...

"Los suspiros son los respiros de la mente para seguir pensando en algo bonito"
Como algo puramente biologico puede decir tanto con apenas un dejo de sonido. Me distraigo más de dos minutos hasta reconozco una vaga sonrisa por mi rostro. Esa inexplicable ansiedad me controla y paraliza por completo. Estoy cansada de jugar un juego que se, no ganare... pero aún así muero en el
intento.

Si nunca fui lo suficientemente buena para él...
Un suspiro más.

Puedo sentir desde lo más profundo como nace mi llanto y otra vez me quedaré sin exteriorizarlo. Frustración. Un cuento de hadas prefabricado, lo mantengo paralelo a mi mundo real (siempre es necesario volver al mundo real) y en el mio todas las hadas necesitan un elfo.
Pero supongo que tendré que encontrarlo encontrandome; la vida y el propio destino nos prepara
para las cosas aunque no siempre estamos listas para ellas.

Con el malestar que me provoca el freno de mis impulsos... sigo trazando estrategias para docificarme en cucharaditas, un cautiverio que no deje de lado el misterio. Comienzo a pensar que es caso perdido y no tengo más que hacer que esperar ver el tiempo correr para después, ver hacia atras y recordarlo con las sonrisas de una cicatriz bonita.

No es tan fácil ser sensible, no es tan frágil ser suceptible. Amanecio a mis espaldas y me sorprendo con tu nombre impregnado en mis labios pero una vez, solo sigo corriendo en circulos.

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