viernes, 26 de noviembre de 2010

Voy a dejar de hacer eso ¿Sabias?

Voy a dejar de quererte ¿Sabias?

El nous me està recordando porque no te quiero a mi lado, gracias.
Y no te quiero porque no te quedaras, no te quiero porque cada vez que volvès me llenas de locura injustificada y despuès solo te vas. Si, si sabemos que si acaso regresas no es por un sentiemiento descontrolado, solo es porque te gusta el color que le pongo a tus mejillas.

Y seguis sin entender porque me alejo.
No solo no me notas cuando estoy, solo en tus madrugadas frìas cuando despertas deseando tener unas manos càlidas que acaricien tu pelo hasta que te conciba el sueño.

Pero no te quiero porque me das miedos, porque aunque con gritos ahogados te ofrezco sueños morados, vos solo ves como se mueven mis ganas. Por absurdo que parezca te he visto frenar latidos, latidos que tienen mi nombre. Me los negas hasta cuando los escucho.

Y por eso voy dejando de quererte, para andar por ahì no importandonos mutuamente. No te quiero porque cada vez que me decis adiòs mis pecas se quedan en puntos suspensivos. Y mis labios encendidos...

Asì es como voy dejando de quererte, sin protestar ni regatear con el futuro. Asì no màs, como que si fuera bonito perderte. Como si jamàs hubiera contruido aquel castillo en tus espalda y tus lunares. Asì como vos nunca empezas a quererme.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

A media nube con las ramas en las manos

Esa nube de la izquierda no ha dejado de verme desde que me sentè en este àrbol. Me mira celosa, me adueñe de estas ramas y las hojas me cubren, ella no me quiere aunque yo sè que le gusto. Puedo sentir su mirada cosquilleante sobre mi espalda, me incomoda pero me voy sintiendo deseada, no es de todos los dìas que una nube te reclame presencia.

Pero si hoy amanecì con ganas de ser como ella, como esa nube que arropa al sol y lo guarda de los humanos desagradecidos. ¿Què nos hemos creido para darlo por sentados? Ahora entiendo porque no me quiere.

Tomo una hoja y se la ofrezco en señal de respeto, quiero estar arriba pero es la seguridad de mi suelo la que me hace estar despierta. ¿Y yo que sè que es seguridad? Si todavìa busco a alguien extra que creo me la da. No, la nube me reta.

Y entonces decido subir por las ramas, escucho a las raìces murmurar entre ellas. Tambièn quieren que me quede. Y me quedo justo en medio. No conozco matices pues siempre soy color. Pero por hoy esta bien quedarme al centro.

Ni un montòn de pàjaros azules han logrado levantarme, ni los cientos de flores tornasoladas me convencen de bajarme. Comienzo a soltarme y me quedo atorada en un palito, de esos escondidos que jamàs se dejan ver. Solo cuando desde adentro los pedìs en silencio.

Pero es que la nube me llama. Grita mi nombre tan fuerte, no sè si realmente me quiere con ella o simplemente no me quiere aqui abajo. Egoista. Y ahì voy pues, a jugar a las proezas. le pido al àrbol que me deje tranquila pero que me guarde una ramita para poder descansar y le suplico a la nube que me disperse en galaxìas lejanas y que me deje una ventana abierta para ver como crecen mis semillas, para echarle agua a mis plantitas.

Me escuchen o no mis sùplicas me quito las ropas mientras le vendo al universo mi gravedad y aprendò a volar.

lunes, 1 de noviembre de 2010

No, no gracias. No quiero nada

¿Por qué me quedo otra vez aqui, esperandote?
No, pero si yo ya no te espero a vos... no sé a quien, pero sé que no es a vos. Tal vez a lo que me ibas a dar y nunca lo hiciste. Tal vez a lo que perdí y aún no recupero. Pero a vos, no, de vos ya no quiero nada.
Y sin embargo me dejaste con la gana, estas en deuda conmigo y con los que vengan en camino. Me dejaste enferma y no encuentro la cura, pero es porque la he buscado sola y sola no voy a encontrarla, pero nadie quiere buscarla conmigo y es por tu culpa.

Así que tengo que volver a verte, volver a pedirte que me dejes sola ¿Por que querés regresar? a mi dame lo mio y luego te vas, así lo acordamos. No haces caso. No escuchas. No pensas.
¿Y ahora que ves en mi cara? porque aquella mirada iluminada que llevaba tu nombre ya no existe, aquellas sonrisas dibujadas por tus dedos se borraron. Contestame ¿Que ves?
El brillo sigue existiendo, pero es diferete al que tuviste y espero que este no te guste... que no pienses en quedarte. Ya no te tengo paciencia, ya no te tengo ganas.

Hubo un día donde te pedí que te quedaras y vos callaste mi voz, ahora que me ves volar tan alto y mis alas son hermosas, me pides hablar. No lo sientes, no me pides perdón. Yo te perdone antes que lo hicieras, ahora solo te pido paz. Dejaste mucho, pero ya no quiero más.

Y hasta te sorprende verme tan ruda, me decis mientras tratas de causar en mi ternura. No soy ruda, solo soy más fuerte.

viernes, 29 de octubre de 2010

Y ahì vos, detràs.

Cuando la cara no se ajusta al maquillaje y las pestañas no logran ser suficientemente largas. No importa cuanto color y polvo antibrillo le ponga encima aùn se me nota la marca del paso del tiempo sin ti.
En ese tiempo tan absurdo que hasta el reloj ha decidido no seguirlo. ¿Serè que soy solo yo la que va detràs de èl?

Y èl tan dèspota y altanero.

Es como un montòn de hojas apiladas en algùn rincòn polvoriento de la casa, hojas manchadas con un recuerdo de nadie, porque despuès de que decidiste abandonarlos tambièn dejaron de pertenecerme.
Desde arriba solo veo el recorrido de mis pies comandados por un cerebro malviviente que no escucha y se arrebata. Pobre corazòn mìo, obligado a latir sin sangre, apenas ganas.
Pero al final siguiendolo sola y asustada.

Y no me da tanto miedo seguirlo como me da quedare sin èl, atorada viendo siempre hacìa atràs.

jueves, 28 de octubre de 2010

Cajones dispuestos

Y quisiera que dejaras de aparecerte cuando no te llamo, que dejaras en paz el recuerdo que ya no te pertenece pero que queres seguir viendp como si fuera tuyo. Voy quedandome parada detràs de la puerta para no dejarte entrar, tu tocas la manecilla en silencio con una sùplica candente que no puedo ignorar, aunque lo intento.
Y si me quedo despuès mucho tiempo, hablandote al espejo, rogandote que porfavor me digas ya, pero vos solo me ves con los ojos grandes y expectantes.

Te pierdo en un suspiro...

Puedo llegar a creer que soy la ùnica que aun no se ha dado cuenta que mìo es el error; que soy yo la que se salta un paso y deja pasar corriente. Hirviente y helada. Voy aislando cada cosa, entre cajones de vidirio transparente para no olvidarme de ellos aunque no esten presentes. Esta vez no quisiera quedarme callada aceptando lo que vos decis como verdad absoluta y mirar en tus manos mis dìas pasar, como los vas haciendo bolita en tus puños y yo voy rodando en ellos.

domingo, 29 de agosto de 2010

Diciendo lo que estaba callando

Me encuentró otra vez pensándote, de repente esa canción viene a hacerme compañía y un par de gotas saldas abandonaron mis ojos. ¿Qué me pasa? ¿Por qué de repente te adueñaste de mi? ¿O es que nunca te fuiste? Tal vez ha llegado el momento de que seamos sinceros, al menos yo contigo.

Nunca te dije como acelerabas mi respiración y de los suspiros que provocabas, nunca te conté como le hablaba de ti a mi almohada y como revoloteabas constantemente en mis pensamientos, tal vez en algún momento del camino acaricie tus manos con palabras bonitas deseándote un lindo día, muchas veces te escuché quejarte de las cosas que no te gustan pero que sin embargo sigues sin cambiar, pero cuantas veces me guarde los impulsos de abrazarte y quedarme para cuidarte y amortiguar tus miedos, cuantas veces me quede callada cuando te quise decir te quiero.
Y no es un amor profundo ni fundamentado, solamente un cariño sincero y rápido que era imposible que no naciera ante semejante persona tan tierna.
Pero tuve tantísimo miedo a tus reacciones y respuestas, igual si lo hubiera hecho no te habrías quedado ¿O si? No, ambos sabemos la respuesta y es No. Un seco y frío NO. Pero era mi derecho arriesgarme por ti, hubiera… vuelvo a coleccionar hubieras que nunca ocurrieron y que no los haré ocurrir.

Pero lo cierto es que ahora lo único que tengo dentro de mi que te pertenece es una lista de cosas que siempre quise regalarte. Un montón de canciones y momentos que serían solo nuestros, alegrías y sonrisas bautizadas con tu nombre, enojos y silencios incomodos, pensamientos al azar con tu olor, caricias y respiraciones agitadas. Llamadas entrecortadas, ventas abiertas y una gran puerta con muchas adentro pero que logramos cerrarlas.
Que caso tiene venir a decirte todo esto ahorita, que soluciono yo con volver a pensar que otra vez volvió eso de lo que me estaba alejando. No me atrevo a causarte más problemas y a darte más cosas por las cuales sentirte mal y mucho menos hacerte parecer culpable.
Lo cierto es que necesito aceptar que, aunque no te pediré que volvas ni te haré regresar, te extraño.

Si, te extraño y ni te imaginas cuanto. Me había negado la oportunidad de estar triste y de decir a ciencia cierta que me dolio no poder seguir sosteniendo tu mano, pero ya no tiene sentido seguir callando, te extraño. Una y otra vez lo digo: Te extraño.
Y no te lo estoy dicendo a vos, aunque tal vez algún día llegues a ver esto, seguramente nisiquiera tendré una respuesta certera, pero necesito decirlo y que alguien me esuché, no sé si el cielo, la noche, Dios, la pared o el techo. No sé quien, pero lo estoy diciendo a gritos…

Quiero saber como estas, que te pasa, que me volvas a contar cosas que a nadie más se las decias, tus llamadas de insomnio a las 3 de la mañana, tu nombre brillando en anaranjado, decirte corazón y que te sonrojas… nuestras platicas en días de tormentas, tu voz desanimada y apagada, tu desgano y respuestas cortas. Tus dejos de cursilerías cuando nos depedíamos para empezar un nuevo día… creo que simplemente extraño el derecho de pensar en vos y recordarte a cualquier hora y sentirme parte de tu compañía. Y extraño el día que nunca llegara, el día en que porfin me dijerás que te quedarías, el dá en que te podría decir sin miedo que te quería.

Y lo vuelvo a decir una vez, solo para quedarme satisfecha: Te extraño. Y no, ya no más porque pensar en algo que no tiene arreglo es un desperdicio de tiempo y energía

domingo, 22 de agosto de 2010

Te encontré pero te sigo buscando

“Y es que en este espacio no existe tal cosa como a lo que allá afuera llamamos tiempo. “

Me fui dándole la espalda a esa frase mientras me hablabas bajito, todavía sigo buscando las razones por las cuáles me negué a escucharte. No han pasado tantos días desde que decidí salir a buscarte, ahora ya llevo un par de horas encerrada en este bosque, no veo a donde camino pero la tierra es amable conmigo, me hace volar cuando me canso y me presta sus nubes para dormir mi siesta.
Llegue a un punto en donde encontré ruido, vi que a lo lejos saludaba el mar, quise sentir su frío y jugar con la arena húmeda entre mis dedos.

Los veo y me doy cuenta que mis dedos ya no me reconocen, hace tiempo que mi piel ya no es la misma y no me había dado cuenta de eso. Que tan grande soy, ahora estoy más fuerte y porfin tú estas conmigo. Nunca te fuiste en realidad, solamente te deje por ahí, con la seguridad de que me esperarías… Ahora vos decime ¿Por qué te quedaste? ¿Qué viste en mi que te dieron ganas de seguir adelante? ¿O es que yo siempre te he suplicado que no me abandones?

Ya te encontré, desde aquella madrugada que decidí que saldría a buscarte, que tocaría tu puerta hasta que te enamoraras locamente de mi, que nos iríamos juntas de turistas al mundo, seremos un par de autistas en busca de nuevos colores solo para nosotras… Ahora entiendo porque me decias que aqui no existe lo que allá afuera llamamos tiempo.

lunes, 9 de agosto de 2010

Reencontrandonos

Creo que no me habia dado cuenta de que tan necesario esra esto...
Mis manos ya no me reconocen, si me toco hasta duele, el aire dejo de seguirme y no me encuentro en ese espacio que crei, era mio.
Voy dejando cerradas las puertas, cuando estaban abiertas solo me daba frio. Aqui adentro tampoco se exactamente que hare, solo se que te voy a encontrar.

Y estoy ansiosa por ver como has crecido, por que me contes todo lo que has aprendido, que me enseñes tus nuevas sonrisas despues de las cicatrices. Pero tambien te tengo miedo. Y si vos tampoco me reconoces?

Me quedo con esa duda mientras busco maneras de convencerte que nunca he dejado de amarte, aunque a veces no lo sintas. Yo se que ha olvidado muchas veces mencionarte en mis absurdas o profundas conversaciones. He dado por hecho que estas de acuerdo con mis decisiones y que queres hacer un viaje y recorrer los mismos caminos. Cuantas veces te ignore cuando me decias que no, cuantas practicamente te obligue a callar.

Quiza no me perdones por las millones de sugestiones, por las razones aburdas que te daba para seguir adelante. Ahorita nisiquiera me atrevo a verte a la cara, no merezco tu mirada, pero si te pido algo: Tomame la mano y quedate muy cerquita de mi, apaguemos la luz y disfrutemos jugar entre sombras. Pero no me dejes sola en este autismo voluntario; que al final quien me invito a venir aqui, fuiste vos.

domingo, 8 de agosto de 2010

Sigo despertando

Que diferencia de como desperté ese domingo al anterior...
Esta vez no desperté con los ojos hinchados y con el rostro salado de tanto llorar, hoy no me dolía el pecho ni me costaba respirar, no me sentía ajena a mi cuerpo, ni culpable de mis sentimientos de enojo y frustración. Ese mañana me sentía demasiado liviana pero te seguia pensando.

domingo, 18 de julio de 2010

La primera de la madrugada

Otra vez estoy aqui, esta vez es diferente, me siento ajena como si fuera la primera vez que vengo a este lugar. El piso sigue siendo frío pero muy cómodo, las calles no han cambiado, la casa de enfrente sigue siendo rosada. Los árboles parecen estar más grandes, el aire se respira diferente; la luz va al ritmo de la lluvia . Ahora el mundo es completamente pasivo...

Aunque tenia ganas hace ratos de regresar no existía pensamiento ajeno que me acompañara, no habian ojos cerrados ni manos, no estaba encendida la vela de escribir por ese placer. Me voy dando cuenta que mis manos van volando a la velocidad de mis pensamientos, dejando domada estas hojas en blanco.

Hoy te agradeci esa llamada, esa primera sonrisa de la madrugada, era muy grande y llevaba tu nombre. Volver a dormir fue una lucha entre mis subconcientes, uno queria apagar mi cuerpo y rendirse al biologico sueño, el otro se aferraba a quedarse despierto y volver a llamarte, el tercero solo quería cerrar los ojos para verte tras de ellos, ver tu cara en perfecta armonía e imaginar lo que haría para volverte a sentir.

Una sonrisa ancha y sincera, que quizá no había vuelto a brillar de la misma manera. Y ahora que estoy aqui viendo las gotas caer, creo que podríamos haberlas visto juntos, quizá tomando tu mano y yo viendote mirar. Hubieramos...
Voy coleccionando "hubieras" que nunca ocurrieron. Me obligo a rechazar la realidad de tenerte solo en palabras, en letras, de acercarme aún manteniendome distante, de tener tu ausencia a medias.

sábado, 17 de julio de 2010

Psicosexopasioemocionalidades repartidas.

QUIERO INVENTAR EL LOGARITMO PARA DECIFRARTE. Una carcaja espontanea y un abrazo eterno. Un lugar cercano donde puedo hablar con Dios y me responde. Un aleteo de una palomilla me asusta y me saca de mis sueños mientras mis pupilas se dilatan al ritmo de la luz y te hablo y me contestas, te pido y me da. Me regalaste un cielo entero lleno de estrellas y luciernagas, una luna de expresión triste y un sol abrazador. Una calle desolada y pulcra y un balcón. No puedo callarme pues en mis palabras ausentes están mis verdades. Velando tu sueño contando tus pestañas y uno a uno cada lunar de tu piel, navegar por las partes del cuerpo sin conocer. Dormir eternamente sobre tu espalda. Una vida llena de silencios inadecuados, nada anda mal realmente solo estoy aburrida. Una cuna de luna, un cielo que cubre cuando entra la desesperación no deberias de avergonzarte. Caer en un profundo sueño y dejar todo atrás. Ahí te regalo la luna para que hayan dos en nuestro mundo aunque el mio se quedo sin ella. Estando parada frente un gran muro blanco listo para llenarlo de mis colores, con esas ganas de llorar que simplemente no se aguantan. Girar y seguir girando y volver y a encontrar el caminito que te traiga hacia mi. El sonido del viento diciendo tu nombre, agradezco lo que tengo y lo que me llevo. Tal vez no seré yo quien pueda decifrarte. Lo pienso con la intensidad de un beso desgarrante. Rozando la copa de los árboles metiendo el cielo en tu boca, amarrando la firmeza del suelo, deteniendo el sol del medio día para que no vengan los atardeceres. Quedarme por siempre en las benditas horas de la madrugada para dedicarme a soñar contigo y luego despertarme y seguir soñando. Dibujo en las ventanas nuevas puertas sin llaves ni chapas, solo espacios vacios con deseos reprimidos sin dueño ni responsable de sonrisas ajenas. Beberme tu esencia en sorbos de café y seducirte en un licuado de sandia, sentarte a mi lado y hablar por horas o quizá, solo tomarte las manos y escuchar el ruido en la ausencia de las palabras. Hacer del amor una cosa fisica que nos lleve a lo espiritual. Escurriendome en los agujeros que dejan las ramas y el cielo. De vez en cuando te haré a un lado para escaparme al universo de mi balcón, ese donde tanas veces espero al sol con los reflejos de tu voz. Quiero ver las tonalidades del rojo y encontrarle su gris al rosa. No importaría si es carmesí o color pastel el ruido y el gesto del placer escondido. Luego me refugio en el calor de mis sábanas, en lo eterno de mi cama, le pongo tu nombre y tu arte al lugar de mi almohada. Hacerme compañía fundador de utopías. SOLA EN UN LUGAR DIFERENTE. Te dejo ser una canción en la prosopopeya alusiva a mi ipod. Aún si tuviera que guardarme en los bolsillos tus guerras perdidas y cocinarte, sin recetas, nuevas alegrías. Te doy una mano, la misma que hace sonar la puerta para ver si me contestas, podríamos ser uno los dos, dos los tres, ser uno o ninguno. Podría sentir el aroma a manzana que embriaga el cuarto y alimenta el aliento. Y cuando esté dormida soñando contigo a la mitad del beso que siempre me das, trataré de traerte a mi cama, volverte real. Intentaré invocarte y quedarme contigo, con tus alas abiertas pero sin dirección, solo destino. Él podría ser el elfo pero aún no se da cuenta. En cielos hermosos o en noches sin estrellas y lunas. En mares de canela y barcos de papel y pimienta. Y aunque llene páginas inspiradas en visiones, aún no merezco decir tu nombre... Recitarte versos al oído mentras mis manos plasman universos paralelos en tu cuerpo. Anhelando entrar a la dimensión desconocida de un beso.

Voy hablando con vos

Un momento para disfrutar la lluvia y entender los truenos, ver como se ilumina de a poco el cielo y se dibuja tu cara entre el rastro de penumbra. Pero yo no te veo. Sigo caminando sin ver hacia arriba, tratando de concentrarme en el punto que me espera al final del camino. Aunque vos me seguís y esperas paciente a que te descubra viendome. El viento va jugando suavecito con mi pelo, se parece a tus manos y al leve susurro del misterio que nunca me dejas averiguar. Entre tus cejas se recuesta la luna y brillan las estrellas en las cuencas de tus ojos. Sé que dije no haberte visto, pero la expresión de mi diosa no deja de acosarme. Logro dejarte unos veinte pasos atrás. Ya en medio de mi pseudo soledad me encuentro con viejos compañeros de viaje, los veo lentos y dudosos para acercarse. Me aproximo yo a ellos. Y ya no me dieron miedo. Ahora solo siento gratitud y nostalgía al sentirlos tan cerca; logro ver en cada uno de ellos lecciones de vuelo, heridas, moretones y lagos de sangre y lágrimas. Pero esas lecciones de vuelvo me llevaron lejos, muy alto, muy despacio. Los dejo sentados regalandoles una sonrisa, me dejan alejarme sigo caminando y voy hablando con Dios... Lo busco a él porque alguien más me grita pero no me dice nada. Me quedo un rato abraznado un árbol, formulando preguntas, adivinando respuestas... El color verde de sus hojas me refresca y me presta cobijo, ahí estan sus palabras. Ve mis ojos desconcertados y mis manos llenas sin recipientes vacios. Me escucha preguntarle desesperada, me siente ansiosa, me huele las expectativas y tengo sabor a ganas reprimidas. Y Dios se caga de la risa y una vez más solo me dice: Paciencia.

Y por fin... Salté

Siento que hace mucho tiempo me arroje al abismo y no hay manera que termine de caer, voy volando, pienso, puedo ver mis brazos convertirse en blancas alas extendidas, cortando el viento, haciendolo más fuerte. Puedo verlas estaticas, cayendo por su peso, dejandose llevar, iluminandose con la poca luz que queda de algún recuerdo perdido que dejo de doler en el momento que decidi saltar.

No mirare atrás para no darme cuenta de las cosas que dejo pues sé que son muchas más que me llevo guardadas en mis poros y cabellos, no quiero pensar en esas cosas que deje regadas en las escaleras interminables de aquella espiral que me atesoraba dentro de su malicia e ingenuidad. Momentos de derrota en los que baje mis alas por más de 7 segundos y apague mi viento que siempre fiel me eleva. Apague mis sonrisas y encendí mis lagrimas, muchas de ellas sin ser agua caían derrotadas.
Pude sentir como cada uno de mis sentidos dejo de funcionar.
Escuche lentamente como se cerraba la puerta y el eco que dejo esta al gritarme que jamás volvería a abrirse.

No comparo el sentimiento de sentirme viva y en contacto con todo dentro y fuera de mi, de ver más allá de lo que mis ojos me permiten y sentir todo con la intensidad en que choca el agua y produce ese SPLASH como forma de comunicarse con el mundo y decir: Aquí estoy.

Contenidos llenos, recipientes vacios.

No me di cuenta hasta el momento en que decidi saltar, ahí al borde del abismo vi para atrás y valore cada instante vivido, cosa aprendida y dolor perdido, me quede contamplando un par de segundo como dos hojas llevadas por el viento se elveban y bajan sin separarse. puede sentir como cada uno de mis sentidos dejo de funcionar y lo único que funcionaba era mi lado racional que me gritaba ¡Salta ya! yo sabía que debia saltar, cada parte de mi cuerpo me lo pedia, ansioso por sentir un nuevo aire limpio, puro y fresco que respirar, mi piel lloraba por un poco de esa agua bendita que llovia de aquella nube que solo encontraria mientras bajaba la corniza. Puedo escuchar como desde adentro se pierden en mi eco, sonidos de pasos que van dejando huellas, muchas de ellas indelebles, muchas de ellas nisiquieras las pedi, muchas de ellas no las quiero aquí. Sigo caminando y me sorprendo al verme sola, siempre estuve sola pero habia algo que me acompañaba, un poco de ese ácido dolor que no me dejaba cerrar los ojos y ver negro atrás de ellos, un poco de ese vacío que me llenaba por dentro.

Ahora no, no hay nada de eso y solo me quede yo completamente vacía y lista pra llenarme de toda cosa nueva que se va mostrando en el camino, mientras contemplo como voy dejando toda mi vida atrás. No sé cuanto tiempo más tengo que aguantarme los suspiro sin nombre, pero siguen saliendo como la normalidad de mis respiros, pulsaciones y articulaciones. Otra vez solo me quedo esperando en medio de una semioscuridad tangible a la que le doy la vuelta con un cerillo. Veo los escasos puntos de luz que me alumbran y se sienten cálidos. Mis ojos se caen y mi espalda duele... No es una tristeza que lleve un dolor arraigado, añoranza o ansiedad. Es solo un sentimiento que me recorre y me llena entera, donde encuentro un latir similar al mio sin rostro ni huellas digitales, sin color de aura o apellido materno. Solo una corriente de energía y chispitas intermitentes que cuando creo tenerlas, se me pierden.